Hotaru Himura
Edad: 20
Procedencia: México
Descripción Física:
Cabello castaño largo, ojos azul claro, 1.75 de estatura, piel blanca, su complexión es delgada y su cuerpo esbelto producto de años de trabajo y dedicación a sus entrenamientos. Se mantiene ágil y aunque es fuerte, su cuerpo no presenta signos de estra-ejercitación. Extremadamente femenina pero no es consciente de sus cualidades. La belleza de su rostro parece perpetuamente sellada bajo la máscara que la identifica como amazona.
Carácter:
Descripción Psicológica: Es bastante desconfiada con las personas que no conoce, con los extraños es muy poco amigable. Su cualidad principal es la actitud valiente y persistente para lograrlo todo sin dejarse caer ante nada. Su principal enemigo es ella misma y es su mayor contrincante, parece que lucha por demostrarse cada día que tan poderosa puede ser. Es de sentimientos resguardados y muy pocas veces muestra realmente como se siente.
Su pasado es doloroso por lo que es raro que muestre su faceta sensible y cariñosa aunque realmente lo puede llegar a ser con las personas que ama. Valora la amistad y el amor, siendo esos sus motores de pelea aunque puede que nunca lo reconozca. Impulsiva, necia, testaruda a veces elitista, su temperamento es fuerte y a veces juega en su contra, pero tiene a su favor que es inteligente, arriesgada y decidida. Llegar a conocerla puede ser un proceso largo y cansado pero una vez que se llega a ella se ganará un compañero incondicional.
Historia:
Antecedentes:
“Sábado de Octubre: 8 meses en orfanatorios, no sabía nada de mi padre biológico y la única familia que había conocido había muerto. Casi no hablaba... me molestaba de hecho, creo que pensaban que estaba transtornada, pero era simplemente que aborrecía esa mirada de compasión con la que me miraban. No sé porque, simplemente no me sentía frágil ni desvalida, a veces creo que disfrutaba el tono temeroso que escuchaba cuando a mi espalda, se contaban la historia sobre una niña que había matado a un asesino.
Los demás niños me tenían miedo, por eso aprendí a estar sola... mucho tiempo me sentí culpable por no haber podido cumplir a las expectativas de mi padrastro... Su petición, me asaltaba en las noches obligándome a intentar no dormir.
Como sea, fué una tarde de Otoño... no recuerdo el día exacto porque el tiempo para mi habíase detenido un 16 de Enero. Un hombre muy alto andaba reclutando niños para una especie de proyecto, recuerdo que la trabajadora social apuntó en mi dirección a lo lejos, habló en voz muy baja pero extrañamente siempre escuchaba cuando hablaban de mi, ¿Que puedo decir?... siempre fuí rara. “Extraño.- Hola.... tu debes ser Hotaru Miranda.
* La niña volteó el rostro viendo fijamente al individuo, le desconcertó percibir esa aura tan turbia en una pequeña de profundos ojos azules.
Extraño.- Me llamo Hiroko... ando buscando niños especiales.... y eh sabido que tu tienes un gran potencial.
* La niña esquivó la cálida mirada de aquel hombre.*
Trabajadora Social.- No haga caso ella es asi. Tiene problemas para comunicarse con los demás, no ha hablado desde que está aquí ni siquiera para pedir comida o algo. ¿Por que no ve otros niños?, a lo mejor es autista y creo que ni siquiera es Mexicana su nombre es muy raro.
Hiroko.- No... Eh venido hasta acá. Exclusivamente por ella.
"Lo siguiente que recuerdo esque me dieron una maleta bastante ridícula, con un par de trapos para un viaje que me pareció toda una vida. Al menos Hiroko se esforzaba por hacérmelo ameno con sus historias y cuentos de hadas pero, sin duda; fué bastante tedioso."* El viaje fue agotador, el hombre alto intentaba sacarle plática a su joven acompañante, pero a las dos semanas de viaje por barco, optó por comunicarse con ella por señas, ya que era abrumador el silencio de la pequeña de ojos profundos. Pese a su hermetismo ella le había tomado un poco de afecto. Después de todo, no sentía en él ese rechazo al que se había acostumbrado en el orfanato y él sin esperar respuestas por parte de la niña, le platicaba cuentos fantásticos de hombres que podían despedazar las estrellas con solo el poder de sus puños, valores como lealtad, justicia, paz y responsabilidad no dejaban de embotar de orgullo las palabras de Hiroko.
No hacía más que prepararla para lo que estaba por venir, así llegaron al santuario, un lugar de columnas majestuosas y hermosas, le platicaba que quizá podría encontrar amigas ahí mismo, solo que no podría conocerlas de inicio porque cubrían sus rostros.*
Hotaru.- ¿Porqué cubren sus rostros?....
* El hombre se sorprendió al escuchar al fin la dulce voz de la niña, volteó a verla sorprendido, se inclinó un poco tomándola de los hombros.*
Hiroko.- Recuerdas la historia de los caballeros que te eh contado?...
* La pequeña asintió con la cabeza.*
Hiroko.- También hay mujeres que quieren luchar por esos ideales... pero deben cubrir sus rostros para que su belleza no distraiga a los demás de los entrenamientos.
* La vió sonreír por primera vez.*
Hiroko.- anda... te están esperando...
* Caminó detrás de él a un lugar parecido a una gran casa, ahí todo parecía ser hogar de gigantes, lo que más le sorprendió fue ver a aquel hombre aún más alto que Hiroko, el cual se arrodillo ante la gallarda presencia de aquel extraño de túnica blanca.*
Hiroko.- Maestro.. eh cumplido con la misión que me encomendó, he recorrido el mundo buscando una nueva generación.
Patriarca.- mmmm.. ¿es ella?.... cómo te llamas?...
* Le preguntó a la niña que en silencio solo le observaba fijamente, ella giró la cabeza en dirección a Hiroko y este le hizo un gesto afirmativo con la cabeza.. pero solo consiguió que ella volviera a ver al gran patriarca atravesándolo con la clárida lucidez de sus jóvenes y penetrantes ojos zarcos, sin emitir palabra alguna.*
Patriarca.- ¿Que sucede?... ¿No puede hablar?...
Hiroko.- No es eso... maestro.. ella solo habla cuando es algo importante no es así Hotaru?
Patriarca.- mmmm... ya veo...
*Hiroko percibió la inquietud del patriarca y se adelantó a lo que pudiera decir... no sabía porque sentía esa necesidad de protegerla, quizá por su corta edad y la historia de su familia lo que si sabía es que en cuanto la vió supo que su destino estaba marcado por las estrellas.*
Hiroko.- Si me permite gran maestro.. la llevaré al campamento de las amazonas, para que se instale e inicie su entrenamiento.
* El patriarca giró sobre sus tobillos dándole la espalda a la niña y al mensajero, perdiendo su vista detrás de unas cortinas donde unos ojos curiosos observaban a los recién llegados.*
Patriarca.- Si esta es la voluntad de athena.. asi sea.
* Hiroko dejó a la niña en uno de los campamentos para féminas, a ella no le costó mucho adaptarse a la nueva rutina. Encontró en la extenuación física el aliciente para su agobiado espíritu. Resultó ser una aspirante muy dedicada, cuando el insomnio le robaba el sueño se dedicaba en cuerpo y alma a entrenar. Todo cambiaba para ella al ponerse esa máscara después de bañarse, se convertía en otra persona, adquiría una fuerza que no creyó que tendría jamás pero sobre todo, tenía un propósito, luchaba por algo, por un ideal, que tal vez aún no entendía bien pero que estaba dispuesta a seguir.
Al poco tiempo de estar en el santuario había peligro de deportación, debido a que por su corta edad, Hotaru no tenía papeles originales ni acta de nacimiento por lo que Hiroko le cedió su apellido por órdenes patriarcales. Sobre todo la ayudó entrenándola para que se adaptara a la vida en el santuario en lo que éste se atestaba nuevamente de aspirantes. *
“Después de aquél día heme aquí en el santuario en Grecia, me entreno diariamente para lograr ser lo que ninguna mujer ha logrado al menos en esta generación de guerreros. Mi objetivo, no es solo ser una amazona dorada… seré LA amazona dorada.. ese es mi ideal, mi meta y la conseguiré.
Hiroko una vez me dijo que mi estrella guardiana apunta al cangrejo, pero yo pienso que esas solo son tonterías, ahora sé que no es importante el envoltorio, sino lo que recubre.”Constelación: Cáncer
Dios a proteger: -
Maestro: Hiroko Himura