- Kindly and loved - Athena / Sedrik Warren

• Nombre del personaje: Sedrik Warren
• Sexo: Masculino
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• Descripción Física: ojos verdes que expresan dulzura y amor, piel bella y muy bien cuidada, rasgos atractivos pero sin perder el toque de inocencia que lo caracteriza, de estatura alta pero sin exagerar, midiendo un metro con ochenta centímetros. Sus extremidades son delgadas y fibrosas. Viste de forma casual, no le agradan los trajes formales y la ropa delicada ya que es de estarse moviendo y no le gusta preocuparse de cuidar sus cosas. Los pantalones vaqueros, las chaquetas y las camisas a medio abotonar son lo suyo. Usa un gorrito negro para disimular un poco el extravagante color que posee. Muchos piensan que no es natural ya que sus padres tienen el pelo castaño oscuro, al igual que su hermano.
• Descripción Psicológica: Es amable, siendo muy raras las veces en las que contesta de forma grosera, aunque un poco neurótico y amigo del sarcasmo. No le agrada que le digan lo que debe hacer, seguir reglas o respetar el protocolo. Siempre sigue su instinto. Obstinado, obstinado y más obstinado. Debido a que desde pequeño sus padres dejaron de prestarle atención y cuidarlo, se volvió hermético con la gente, pero en cuanto comienza a confiar en las personas y a darse cuenta de que no corre peligro, puede ser alguien expresivo, sensible, paciente y que no se guarda nada. Algo positivo que obtuvo del abandono de sus padres fue, sin que él se diera cuenta, su independencia y facilidad para resolver problemas por sí mismo. Posee un amor infinito al ser la reencarnación de Athena, sin embargo eso no quiere decir que sea débil o que sea todo paz y amor. Sabe que cuando las palabras no funcionan, sólo queda pelear por lo que quieres, estando dispuesto a encarar a cualquier mal con tal de proteger a los suyos. Se podría decir que le encantan los combates, las batallas y el protagonismo que se le da por ser Athena, aunque nunca lo admitirá. El razonamiento siempre será su primera opción, pero nunca la prioridad. No lo parece pero, es un joven muy responsable y prudente, siempre intentando canalizar a su hermano mayor y preguntandose lo que él haría en su lugar, pese a que sus actos a veces digan lo contrario. Aunque él no lo admite, permite que sus sentimientos lo controlen en ocasiones. Hasta ahora, Athena no se pronuncia demasiado en su personalidad, pero sí está bien encaminado.
• Signo zodiacal: Géminis
• Lugar de nacimiento: San Francisco - EUA
• Lugar de entrenamiento: Aún ninguno
• Edad: 17 años
• Historia:

Nació en una familia sumamente unida y amorosa, siendo un infante feliz. Los recuerdos de su madre al acariciarle el rostro y diciéndole "todo estará bien", su padre llegando hasta tarde de la oficina para abrazarlo y cargarlo hasta su cama, y los de su hermano mayor enojándose con él por tonterías de niños, nunca los dejaría ir. Nunca.

Mientras los años pasaban, la vida fue cambiando para Sedrik de manera drástica, y los cambios se presentaron tan rápido que no tuvo tiempo para adaptarse a ellos. El primero fue la muerte de su abuela, una de las personas a las que más amaba y lo hizo entrar en depresión. Depresión de la que no se pudo recuperar porque unas semanas después el matrimonio de sus padres se disolvió. Debido a que ocultaban sus problemas de la vista de los niños, él no pudo asimilar bien las cosas. No encontrando una salida, buscó apoyó en Matthew (hermano), quien para ese entonces ya había cumplido 19 años y deseaba, como cualquier joven emprendedor y con ganas de ser independiente, hacer su propia vida, dejándolo solo en el infierno. Para Sedrik resultaba incomodo el silencio que sentía en casa. Sin su abuela y su hermano lejos ya no tenía ningún refugio de la realidad que lo azotaba.

No imaginaba la vida sin sus padres juntos. Ellos eran su mundo. No tenía amigos, no porque no hubiera intentado tenerlos, era más bien porque siempre terminaba traicionado, lastimado, o en el peor de los casos perjudicado. Se volvió arisco y hermético con las personas, y el abandonó que sintió por parte de sus padres sólo ayudó a que, se distanciara más de los que intentaban acercarse. Desde que cumplió 16 años, su vida se volvió complicada. No quería hablar con nadie, no quería escuchar a nadie. Vivía solo con su madre en un departamento que siempre le pareció frío, ausente del calor que sólo podía proporcionar un hogar amoroso y estable. Claro, quería a su madre, pero ya no sentía que para ella no era necesario, como si fuera un bulto para su carrera profesional, o una mascota de la que ya se había aburrido.

Se repetía constantemente "ya no eres un niño pequeño, ni su bebé, da por hecho que te puedes cuidar solo sin que ella vigile sobre tu hombro. Responde como un adulto y no llores más"

Se sentía como un parásito, ocupando espacio y robándole tiempo a su madre, para la que ya era difícil trabajar y mantener un hogar funcional como para preocuparse por un hijo abrasivo y problemático. Tenía que madurar e intentar suprimir su creciente hambre de afecto.

"Sólo quiero sentirme útil para alguien... ¿son muy complicadas mis exigencias? Merezco algo mejor. Soy un buen chico, pero hasta ahora eso no me ha funcionado así que, quizá debería tomar el camino ensombrecido"

Comenzó a, hacer amistades con las personas menos indicadas. Llegó al punto en el que ya no le importaba nada y hacer lo imposible por un poquito de amor. Sentirse querido, necesitado por alguien, no sólo ser un estorbo. Incluso estuvo en peligro de muerte una vez mientras iba en un vehículo junto a un "amigo" y ambos estaban bajo los efectos del alcohol. Creía que aquello había sido un sueño porque, salió ileso. Sólo recordaba una luz que lo cegó y de pronto se encontraba afuera, viendo como el automóvil se volcaba y explotaba en llamas. Después, un brillo cálido lo cubrió y se sintió bien, fuerte, completamente lúcido, creyendo que en verdad se trataba de un suceso divino; que Dios lo estaba cuidando desde arriba. Pero al mismo tiempo dudo, ya que no se trataba de un simple calor, era como un calor maternal.

"Me estás enviando una señal ¿no es así, Dios? Nunca creí mucho en ti pero, siempre fuiste la excusa perfecta para mantener a mi familia unida en las celebraciones que tenían que ver en algo contigo. Necesito otro milagro... quiero un propósito y no sentirme más un parásito, ¿de acuerdo? No es mucho pedir. Mucho pedir sería que regresaras el tiempo o que volvieras a unir a mi familia otra vez, pero ambos sabemos que eso no va a ocurrir así que te pido algo dentro de mis posibilidades"

No se había dado cuenta entonces pero, ya tenía un propósito. Una misión. Un destino.

En su cumpleaños número 17, una mujer muy hermosa se presentó ante él. Decía ser una amazona. La amazona de Piscis. No podía verle el rostro pero su silueta y su cabello largo y sedoso lo convencieron de que era hermosa. No entendió mucho de lo que decía, pero sí comprendió algo, que sus plegarias habían sido contestadas.

"Yo esperaba algo diferente. No todos los días una supermodelo envuelta en un traje de oro toca a tu puerta y te dice que eres un dios y debes acompañarla a Grecia. Bien, una diosa, pero es lo mismo. Hasta donde yo sé, las almas no tienen género. Anniken me ayudó a convencer a mi madre, aunque tuve que decirle un par de mentirillas, como que me iba ir al extranjero a estudiar, porque si le decía la verdad iba a parar a un manicomio "

Antes de irse Anniken le hizo una pregunta, que Sedrik no demoró en responder, como si la hubiera estado esperando.

"¿Asustado? No. Algo sorprendido sí. P ero alguien sabio dijo una vez que, si ya lo perdiste todo, no tienes ya nada que perder. Y mi vida aquí es inútil, en cambio si me voy contigo, puedo hacer algo, algo importante. ¿Entiendes? No soy un cobarde, sólo las niñas tiemblan y lloran, los hombres podemos hacer grandes cosas, no nos dejamos llevar por sentimientos cursis. Me encargaré de guiarlos a la victoria, nací para ello después de todo. ¡Estoy tan emocionado, Anniken! Y no, no estoy ebrio ni nada parecido esta vez"